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Método de lavado térmico: un método nuevo para medir la velocidad del flujo sanguíneo en zonas con y sin anastomosis arteriovenosas.

La tesis doctoral está basada en siete artículos elaborados en el Instituto Panum y el hospital de Skejby (Dinamarca).

El método de lavado térmico es un nuevo método atraumático para medir la velocidad del flujo sanguíneo (VFS) cutáneo. Para realizar las mediciones se utiliza un sensor tc-PO2 de Radiometer, diseñado especialmente con una capa termostática que impide la pérdida de calor a los alrededores. El sensor se adhiere a la piel con cinta adhesiva y se registra la temperatura inicial, después de lo cual se calienta el sensor a unos cuantos grados por encima de la temperatura cutánea normal. Después de un par de minutos se cierra el calentamiento y la temperatura por debajo del sensor se registra cada 10 segundos hasta volver a la temperatura inicial. La VFS por debajo del sensor puede luego calcularse a partir de la fórmula de Kety, donde f = k × λ × 100 ml(100g x min)-1. La comparación entre el método de lavado térmico y el método de lavado con 133xenón, realizada a base de mediciones de las capilares cutáneas del antebrazo, produce un coeficiente de correlación de 0,986. La VFS de las anastomosis arteriovenosas (AAV) cutáneas puede calcularse deduciendo la VFS medida en las capilares cutáneas con el método de lavado de 133Xe, de la VFS total medida con el método de lavado térmico en la misma zona.

Se ha medido especialmente la VFS en las AAV cutáneas de la yema del dedo pulgar y de los dedos del pie en condiciones normofisiológicas y patofisiológicas. Las mediciones han indicado falta de autorregulación del flujo sanguíneo en las AAV y falta de reflejo venoarterial, contrariamente a las arteriolas que abastecen las capilares en las zonas investigadas. Tampoco se registra hiperemia reactiva en las AAV. Al iniciarse la actividad física moderada, se reduce la VFS de las AAV del dedo pulgar, para luego volver a los valores normales después de unos 4 ½ minutos. De actividad física, mientras que la VFS de las capilares cutáneas en el pliegue cutáneo entre el dedo pulgar y el dedoíndice se mantiene constante durante todo el período. La VFS de las AAV del dedo pulgar y del dedo gordo se reduce con la edad. No hay diferencia entre los sexos, pero la VFS es significativamente mayor en la yema del dedo pulgar que en la yema del dedo gordo y mayor en la yema del dedo gordo de los niños que de los adultos.

Si se compara la VFS de la yema del dedo gordo en personas sanas y pacientes con claudicación e isquemia crítica, las AAV muestran una reacción totalmente característica a los cambios ortostáticos, con un aumento significativo de la VFS de un factor 1,6 cuando el pie se coloca 50 cm por debajo del nivel cardíaco. Después de una intervención quirúrgica, se normalizan tanto la VFS como la reacción característica.

Las investigaciones de las capilares subcutáneas de la parte anterior del pie y las AAV de la yema del dedo gordo en pacientes sometidos previamente a intervención quirú rgica por ruptura de aneurisma aórtico abdominal en comparación con personas sanas, muestran que la VFS en las capilares de los pacientes era cuatro veces mayor que la de las personas sanas, indicando un contenido reducido en elastina en la pared capilar, pero que en general las capilares reaccionaban de forma normal a los cambios ortostáticos. La función de las AAV era normal en ambos grupos.

Por lo tanto, se ha verificado que el método de lavado térmico es apropiado para medir la velocidad del flujo sanguíneo cutáneo tanto en el laboratorio como en la clínica y debe poder utilizarse dentro de varios campos específicos (p.ej. fisiología clínica, cirugía vascular, dermatología, etc.).